martes, 26 de enero de 2016

Lo que me gusta de un libro y otros demonios

Hola, holita (como diría Ned Flanders),

Llevo devorando libros desde siempre, para mí, muchas veces una prosa genial, no ha sido el elemento imprescindible para que me encante un libro. Ha sido y creo que será, la capacidad de ese libro de emocionarme, de hacerme partícipe, de sentirme identificada o de conseguir que en el momento de leerlo no exista nada más en el mundo para mi.

Algunos libros lo consiguen a la primera, a otros les cuesta un poco más y, claro está, algunos ni siquiera lo consiguen. No significa que sean malos libros, ni siquiera que no me gusten, simplemente es que no son para mi, o tal vez sí.

Esto implica muchas cosas, la curiosidad me lleva a querer saber más de las normas, de las formas, del cómo se hizo y qué supuso. Una nueva visión de los libros que no esperaba tener.

Ahora, cuando leo me fijo en la forma de redacción, me imagino el por qué el autor decidió hacerlo así y me planteo dudas que ya tenía o que creía olvidadas. Ahora no sólo miro o leo libros, los contemplo, me deleito con la historia y con la forma.

El domingo, leyendo el libro de Iban Zaldua (Biodiscografías), volví a una duda gramatical que siempre me persigue y de la que normalmente no me hago eco. Si bien este libro me remite a otras cuestiones, que ya os contaré en otro momento.

Así que, idea en mano, me he remitido a Internet (quede claro que he obviado la Wiki, por razones obvias o porque me ha parecido lo mejor). Y me he vuelto a sentir estudiante, de colegio, instituto o universidad (que allí también tuve la asignatura de lengua).

Y es que, desde siempre, la forma "Idos" del verbo ir, me supone, en la mayoría de las ocasiones un colapso mental, cuando se trata de la forma verbal del imperativo del verbo ir.

Remitiéndome a la Real Academia de la Lengua Española, encontramos el imperativo en la publicación de los modos verbales en general y en una entrada llamada Infinitivo por Imperativo, que resuelve completamente las dudas. Aquí os dejo la definición de imperativo que nos da la Real Academia de la Lengua del modo imperativo:

modo imperativo
1. m. Gram. modo que denota principalmente mandato, ruego o exhortación; p. ej.,callad, callaos.

Para terminar, os pongo una imagen que ha resuelto finalmente mi colapso mental:

Imagen de la página web Lingolía
Y por hoy, esto es todo amigos.

Hasta más ver.

Aida.

lunes, 25 de enero de 2016

Nuevo año, nuevo reto

Hola, casi un año después, vuelvo a la carga.

Esto de las tareas pendientes, se hace muy cuesta arriba, pero cada año, volvemos a intentarlo y siempre me planteo: ¿Hasta cuándo aguantaré?

Pero lo que que está claro es que ya hace un año que dejé atrás mi reto personal de año nuevo: ¿un libro a la semana? No debería ser un problema, y menos para una librera que está inmersa en su propio paraíso personal, rodeada de cosas bonitas y libros. Pero las obligaciones, la falta de tiempo y un sin fin de cosas más... en fin. Que abandoné, no sé si fue por la pereza, la mala fortuna en la elección de los primeros libros, o vete tú a saber.

No han faltado referencias a este "reto". Amigos que preguntaban eso de "¿qué fue de eso de leerte un libro a la semana?". La respuesta siempre la misma: "ya sabes tú" y que cada cual piense lo que quiera. Las frases ambiguas, son como son y útiles a más no poder cuando no se quieren dar explicaciones.

Este año mi propuesta era no tener propósitos de año nuevo, cuesta trabajo, mucho. Sobretodo cuando los del año anterior se han ido casi todos al garete. Aunque claro, no me he podido resistir. Y es que me hablaron de una página, algo así como una red social de libros: www.goodreads.com. Este es mi perfil, ridículo ¿verdad? Pero es lo que hay.

Descubrir esto ha supuesto que lea reseñas, que busque libros y que la propia página me haya retado, así que allá que he ido. A leer se ha dicho. Objetivo: 50 libros este año. Y a ver qué tal.

Personalmente, me he puesto parámetros: filtrar las propias recomendaciones de la página, leer reseñas. No leer sólo novedades, volver a los clásicos (un must en toda regla) y que no cuentan las novelas románticas (rosas o como las queráis llamar, a las que soy absolutamente adicta y de las cuales puedo decir que leo sin parar). Y, finalmente, leer no sólo novela, lo cual es absolutamente un reto en sí.

Así, que en este momento, puedo decir que estoy llevando para adelante la tarea de leer cuatro libros a la vez:


1. Tres cuentos de Gustave Flaubert. Tres relatos sobre la santidad, escritos por un ateo. Por lo pronto ya he leído el primero. Ya os contaré cuando acabe.
2. Biodiscografías de Iban Zaldua. De este leí la reseña en una revista sobre libros, me llamó la atención de vincular canciones o discos con historias o momentos, así que a por él fui.
3. Canta Irlanda de Javier Reverte. Con este ya llevo bastante tiempo, y es que empecé a leerlo justo cuando empezó la "temporada alta" de trabajo. Elegido por una atracción irresistible que tengo por casi cualquier cosa que tenga que ver con la Isla Esmeralda. Si bien en las críticas no se considera uno de los mejores libros del autor, tengo que decir que, hasta el momento, lo que llevo leído - poco más de la primera centena de páginas - me está encantando.
4. A sangre fría de Truman Capote. A este llegué por las recomendaciones de mi nueva red social para lectores y lo he considerado como un must. Esperaremos a ver.

Por ahora, este es mi reto. ¿Cómo me irá? Como en todo, el tiempo lo dirá. (Qué buenas y apropiadas resultan casi siempre las frases hechas).

Hasta más ver.

Aida